
Las emergencias o desastres, como los que hemos vivido este último tiempo, implican una perturbación social que muchas veces puede sobrepasar la capacidad de los niños y niñas de manejar este tipo de situaciones. Esto les puede generar estrés, manifestado de diferentes maneras. ¡Aquí te las contamos!
– Irritabilidad o enojo.
– Más distraído.
– Desmotivación con tareas y actividades de distracción.
– Contestaciones fuera de lugar.
– Cansancio, dejadez.
– Cambios en sus hábitos de estudio.
– Comportamiento apático o de rechazo.
– Modificaciones o problemas en su alimentación o en sus horarios.
Por eso es importante que estemos atentos y podamos detectar de forma temprana cualquier sensación de estrés, para poder revertirla.